El 6 de Diciembre, los votantes de Georgia decidirán la última contienda senatorial del país, eligiendo entre el senador demócrata Raphael Warnock y la leyenda republicana del fútbol americano Herschel Walker, tras un bombardeo electoral de cuatro semanas que ha atraído una avalancha de gastos externos a una lucha cada vez más personal.
La segunda vuelta de este año tiene menos en juego que las dos de 2021, cuando las victorias de Warnock y del también demócrata de Georgia Jon Ossoff dieron a los demócratas el control del Senado. Pero sigue siendo importante: el resultado determinará si los demócratas tienen una mayoría absoluta de 51-49 en el Senado o controlan una cámara 50-50 basada en el voto de desempate de la vicepresidenta Kamala Harris.
Lo que hay que ver en la segunda vuelta de las elecciones al Senado de Georgia del martes
La segunda vuelta pone fin a una amarga lucha entre Warnock, el primer senador negro del estado y el ministro principal de la iglesia de Atlanta donde Martin Luther King Jr. predicó, y Walker, una exestrella de fútbol americano de la Universidad de Georgia y novato político que ha hecho campaña con el apoyo del expresidente Donald Trump.
Una victoria de Warnock consolidaría el estatus de Georgia como campo de batalla de cara a las elecciones presidenciales de 2024. Una victoria de Walker, sin embargo, podría ser un indicio de la debilidad demócrata, sobre todo teniendo en cuenta que los republicanos de Georgia arrasaron en todas las demás contiendas estatales el mes pasado.
En las elecciones de noviembre, Warnock aventajó a Walker en unos 37.000 votos de un total de casi 4 millones, pero se quedó a las puertas de la mayoría, lo que desencadenó la segunda vuelta. Alrededor de 1,9 millones de votos de la segunda vuelta ya se han emitido por correo y durante la votación anticipada, una ventaja para los demócratas, cuyos votantes suelen votar de esta manera. Los republicanos suelen obtener mejores resultados en las votaciones realizadas el día de las elecciones.
El mes pasado, Walker, de 60 años, se quedó a más de 200.000 votos del gobernador republicano Brian Kemp, tras una campaña marcada por sus discursos serpenteantes y acusaciones perjudiciales, como que pagó los abortos de dos ex novias, acusaciones que Walker ha negado.